Las desapariciones forzadas de personas es la herida sin cerrar que tienen muchas familias, quienes mantienen la esperanza intacta de encontrar a uno o más miembros de su núcleo familiar que han sido desaparecidos como consecuencia de conflictos armados, violencia social, estatal y la migración.
Este tipo de problemas es en muchas ocasiones una táctica para infundir terror e inseguridad a los ciudadanos, lo cual, no afecta a una única persona sino a una comunidad o conjunto de comunidades; por lo que, la iglesia renueva su fuerte llamamiento ante este tipo de situaciones en la que nos exhorta a que se defienda siempre la dignidad y la centralidad de toda persona, el respeto de los derechos fundamentales, como se destaca en la doctrina social, pidiendo que se extienda realmente hasta donde no se les reconocen los derechos a millones de hombres y mujeres en todos los continentes (Papa Francisco, 2013)
El Papa Francisco nos invita a que contribuyamos con coraje y determinación, a respetar los derechos fundamentales de cada persona, especialmente de las “invisibles”: de los muchos que tienen hambre y sed, que están desnudos, enfermos, son extranjeros o están detenidos, que viven en los márgenes de la sociedad o son descartados (Papa Francisco, 2018). Asimismo, la iglesia exhorta a los gobernantes en el cumplimiento de sus funciones, para investigar y procesar a los responsables de este crimen por medio de un juicio justo; que creen legislaciones que reconozcan la dignidad de la persona, evitando vacíos legales que generen corrupción; lo cual, priva a las personas de las garantías necesarias para su desarrollo y bienestar.
Las desapariciones forzadas de las personas es una cruel violación a los derechos humanos, debido a la brutalidad de sus conductas constitutivas y a la pluralidad de víctimas que involucra, pues la persona desaparecida no es la única afectada por este crimen dado que su comisión involucra los derechos de los familiares y personas cercanas; por lo que, como cristianos debemos de comprender que esta necesidad de justicia y solidaridad tiene un significado especial para cada uno de nosotros, porque el Evangelio mismo nos invita a dirigir la mirada a los más pequeños de nuestros hermanos y hermanas, a movernos a la compasión (cf. Mt 14:14) y a trabajar arduamente para aliviar sus sufrimientos. (Papa Francisco, 2018).
Bibliografía
- Papa Francisco. (2013). Profesión de Fe con los Obispos de la Conferencia Episcopal Italiana. (pág. 4). Ciudad del Vaticano: Basílica Vaticana.
- Papa Francisco. (2018). Los derechos humanos en el mundo contemporáneo: conquistas, omisiones, negaciones. Mensaje del Santo Padre Francisco a los participantes en la Conferencia Internacional, (pág. 2). Ciudad del Vaticano.